Los auroros con sus cantos graves, y con su alegre salve y aguilando navideño, han celebrado en esta etapa del adviento, que llega tu día grande y que el hermoso tiempo de la Navidad está cerca. Que hermoso gesto. Son un tesoro de nuestra parroquia y una muestra maravillosa de una tradición que perdura desde hace siglos. Es hermoso estar con ellos para ver como con una sencillez y una dignidad estupendas se ponen a tus pies para mostrarte con cariño que eres nuestra querida patrona.